Descarbonización empresarial y finanzas sostenibles: empresas bajo presión para rendir cuentas climáticas

La crisis climática ha dejado de ser solo un asunto ambiental. Hoy es una prioridad empresarial, financiera y regulatoria que está transformando los mercados globales. Las empresas en el Perú y en el mundo ya no solo son evaluadas por su rentabilidad, sino por su impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

 

De acuerdo con el informe Global Risks Report 2024 del Foro Económico Mundial, la inacción climática figura entre los cinco principales riesgos globales a corto y largo plazo. En respuesta, gobiernos, inversionistas, consumidores y organismos multilaterales exigen a las empresas planes concretos de descarbonización y transparencia en sus impactos climáticos.

 

Las grandes y medianas empresas están siendo presionadas para reportar indicadores ESG, es decir, su desempeño en aspectos ambientales (como huella de carbono, eficiencia energética o uso del agua), sociales (derechos laborales, diversidad e inclusión) y de gobernanza (ética corporativa, transparencia y anticorrupción).

 

En la región, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) lanzó en 2023 su Guía de Reportes ESG, alineada con los estándares internacionales como SASB, GRI y TCFD, incentivando a que las empresas listadas transparenten riesgos y oportunidades climáticas.

 

“Las empresas que no midan ni comuniquen su desempeño ESG pronto quedarán fuera de los mercados financieros más exigentes”, afirma Luis Felipe Alegre, gerente de sostenibilidad de KPMG Perú. “Y no es solo cumplir, es integrar la sostenibilidad en la estrategia de negocio”.

 

Bonos sostenibles y finanzas verdes: dinero que premia el impacto positivo


La transición hacia una economía baja en carbono está generando un boom de bonos verdes, bonos sociales y bonos sostenibles, instrumentos financieros que canalizan recursos hacia proyectos con impacto ambiental y social positivo.

 

Según la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), en 2023 las emisiones globales de bonos sostenibles superaron los 1.5 trillones de dólares (crifra en inglés), impulsadas por fondos de inversión, bancos multilaterales y agencias gubernamentales. El monto incluye bonos verdes, sociales y sostenibles.

 

En el Perú, destacan ejemplos como:


✅ BBVA Perú, que emitió en 2023 su primer bono verde por 100 millones de dólares, destinado a financiar energías renovables y transporte limpio.


✅ Agrobanco, que ofrece líneas de financiamiento verde para pequeños productores que adoptan prácticas sostenibles.


✅ Banco de Crédito BCP, que incorporó criterios ESG en su portafolio, incluyendo préstamos ligados a desempeño ambiental.

 

“Las finanzas sostenibles ya no son un nicho, son el nuevo estándar para movilizar capital hacia la transición ecológica”, señala Mariela Roca, directora de inversión responsable de Credicorp Capital.

 

Regulación climática: del compromiso voluntario al cumplimiento obligatorio
El Acuerdo de París (2015) estableció el compromiso global de limitar el calentamiento global a 1.5 °C. Para cumplirlo, los países han asumido metas de reducción de emisiones (NDCs) que exigen a los sectores productivos adaptarse.

 

En el Perú, el Reglamento de Cambio Climático (2022) define obligaciones para empresas en términos de gestión de emisiones, vulnerabilidad climática y medidas de adaptación. Además, se discuten regulaciones sobre etiquetado de productos bajos en carbono, impuestos verdes y estándares de eficiencia energética.

 

Las empresas que se anticipen a estas normas no solo reducirán riesgos legales, sino que podrán posicionarse mejor en mercados internacionales cada vez más exigentes.

 

Oportunidades de negocio alineadas con la descarbonización
El proceso de descarbonización empresarial abre oportunidades en:

  • Energías renovables: solar, eólica, biomasa, hidrógeno verde.

  • Movilidad sostenible: transporte eléctrico, logística de bajas emisiones.

  • Construcción verde: edificaciones eficientes, materiales circulares.

  • Agroindustria sostenible: agricultura regenerativa, certificaciones climáticas.

  • Tecnologías limpias: eficiencia energética, captura de carbono, gestión inteligente de residuos.

 

Un caso destacado es el de Celepsa, empresa peruana de energía, que en 2023 anunció su transición hacia un portafolio 100% renovable para 2030, ofreciendo contratos de suministro verde a empresas industriales.

 

La descarbonización empresarial y las finanzas sostenibles no son una moda: son el nuevo marco de competitividad, resiliencia y legitimidad corporativa. Las empresas que entiendan esta transformación no solo cumplirán con regulaciones, sino que abrirán oportunidades de innovación, acceso a capital y creación de valor compartido.

 

Alinear los negocios con el Acuerdo de París no es solo una cuestión ética, es una decisión estratégica que definirá quiénes serán los líderes del mercado en las próximas décadas.

 

Fuente- IIMP